martes, 31 de mayo de 2016

¿Quién no ha leído o visto en cualquier película futurista a robots al servicio de los humanos, que interactúan con ellos de una manera más humana y animada que muchos mayordomos ingleses? Desde el mítico C3PO a los de la película Yo,Robot, estos humanoides presentan rasgos inteligentes y son capaces de detectar emociones, interactuar con el terreno y aprender de manera autodidacta.

Hace pocos días se ha celebrado en París la sexta edición de Innorobo, la mayor feria de robótica a nivel europeo. En ella se presentan numerosas empresas con productos e innovaciones tecnológicas que ofrecen soluciones que parecen sacadas de un relato de ciencia ficción.


Uno de los retos que se enfrentan los fabricantes es la aceptación por parte del usuario o cliente de que los robots no son peligrosos y pueden coexistir a un nivel más personal que los robots de las fábricas de automoción, y que mas allá de ser competidores que quiten puestos de trabajo, se les vea como ayudantes o buenos compañeros de trabajo.

Uno de éstos robots peculiares es Sawyer, orientado a la manufacturación. Sawyer es un robot autodidacta, capaz de aprender o de ser enseñado para tareas rutinarias. De manera inteligente, es capaz de desplazar, colocar o adaptar objetos en diferentes entornos en función a una lógica avanzada.


Otro tipo de robots diferentes son los exoesqueletos, que intentan potenciar generalmente la fuerza, rapidez o resistencia de los seres humanos. Algunos sirven para levantar enormes pesos o cargas, y otros están más orientados a la rehabilitación médica, como ExoAtlet, que permite andar, o subir y bajar escalares a aquellas personas con fallos en la locomotriz o con parálisis, y enviar datos de la evolución del sistema nervioso y de los movimientos mediante sensores al equipo médico.


Dada la increíble caracterización de muchos robots, algunos se han desarrollado con fines terapéuticos, como PARO. Es un bebe foca que reconoce a su dueño, responde a estímulos de una manera natural, y tiene memoria de si ha sido tratado cariñosamente o maltratado. Se pretende que sea utilizado en asilos, hospitales o psiquiátricos.


Y por último, el más parecido a C3PO es Pepper, creado por una compañía francesa y propiedad de SoftBank. Peper es un robot que interactua con las personas manteniendo conversaciones con ellas, y reconoce las emociones humanas. Es completamente personalizable en función de cada usuario, se puede configurar o añadirle nuevas funcionalidades a través del smartphone, y su uso es versátil, pudiendo ser utilizado tanto en bancos o tiendas, como Nestlé, como en hogares y convivir con una familia relacionándose con todos.








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